3.6.2. Oraciones pseudocopulativas


1. Definición
Entre las oraciones copulativas o de predicado nominal y las predicativas o de predicado verbal existen otras intermedias denominadas pseudocopulativas. En ellas, se produce una desemantización parcial del verbo (es decir, pierde gran parte de su significado), en favor del atributo. Son verbos como ponerse, quedarse, volverse o andar en usos no predicativos. Véase la diferencia entre las siguientes oraciones:

                        Uso predicativo       Uso pseudocopulativo
Volverse      Jacinto se volvió a Cáceres        Jacinto se volvió loco
Quedarse    Yolanda se quedó en Cáceres Yolanda se quedó embarazada
Andar    Yolanda anda dos horas al día Yolanda anda despistada

2. Semejanzas entre los verbos copulativos y los pseudocopulativos

a. La pérdida del significado léxico
Los verbos ser y estar pierden su significado léxico de existencia o suceso o bien de ubicación espacio temporal en favor del atributo, favoreciendo así su uso como nexo. De manera similar, los en los verbos pseudocopulativos acaece una pérdida de significado léxico, tal y como hemos apreciado en los ejemplos del punto anterior. No obstante, la pérdida de significado léxico en los copulativos es mayor que en los pseudocopulativos, razón por la cual algunos autores consideran que “parecer” no es un verbo copulativo, sino pseudocopulativo.

b. Obligatoriedad del atributo
El complemento de los verbos pseudocopulativos es, al igual que en los copulativos, un atributo. Por tanto, en Jacinto se volvió loco, “loco” es un SAdj en función de atributo. Tanto en las oraciones copulativas como en las pseudocopulativas el atributo es necesario para que la oración sea gramatical. Puede suceder, no obstante, que la eliminación del atributo no provoque la agramaticalidad de la oración, pero sí que el verbo pase de ser pseudocopulativo a predicativo. P. ej.: Juan anda atolondrado  / Juan anda. Ambas oraciones son gramaticales, pero en la segunda el verbo “andar” pierde su carácter pseudocopulativo y se convierte en un verbo predicativo. 

c. La carga semántica recae en el atributo
Al igual que en las oraciones copulativas, en las pseudocopulativas la carga semántica del predicado recae en el atributo. Es este, y no el verbo, quien selecciona al sujeto. Obsérvese la diferencia entre las siguientes oraciones:

Jacinto se quedó despistado / *El día se quedó despistado 
*Jacinto se quedó soleado / El día se quedó soleado

Como se puede observar, el carácter animado o inanimado del sujeto es lo que permite la utilización de uno u otro atributo; no es, por tanto, el verbo el que selecciona el complemento. Esto lleva a concluir que el atributo, a pesar de ser necesario para garantizar la gramaticalidad de la oración, no es un complemento argumental del verbo, ya que es aquel y no el verbo el que selecciona los argumentos.  Recordemos que en las oraciones de predicado nominal el núcleo semántico recae sobre el atributo, aunque el núcleo sintáctico del predicado sea el verbo. 

3. Diferencias entre oraciones copulativas y pseudocopulativas

a. La pronominalización del atributo
En las oraciones copulativas, el atributo se puede sustituir por el pronombre átono invariable “lo”. P. ej.: Juan es muy alto / Juan lo es. En cambio, en las oraciones pseudocopulativas esta conmutación no es posible. Jacinto se volvió loco / *Jacinto se lo volvió. Por esta razón muchos lingüistas incluyen el verbo parecer como verbo copulativo. Yolanda parece distraída / Yolanda lo parece. 

b. La carga semántica
Los verbos pseudocopulativos poseen una mayor carga semántica que los verbos copulativos. Así, el verbo “volverse” mantiene aspectos significativos de movimiento, convertidos en transformación, de los que carecen los verbos “ser” y “estar”. No obstante, hay autores que consideran que el verbo “estar” mantiene algunos de esos rasgos significativos, de manera que sostienen que el único verbo copulativo puro es “ser”. 

Estas líneas están extraídas, en su mayoría, de Los verbos pseudo-copulativos del español. Yoko Morimoto y María Victoria Pavón Lucero. Arcolibros. Madrid. 2007.